15 enero 2025

El uso de Internet para la reducción de riesgos en el consumo de drogas: Una apuesta por la pedagogía

#artículo

AUTOR// Ricardo Echanove Fernández, miembro de Ai Laket!!

La introducción de Internet como herramienta que fue paulatinamente extendiéndose por la mayoría de los sectores de la sociedad a lo largo de la década de los 90 del siglo pasado, ha supuesto, sin lugar a dudas, la mayor revolución en la capacidad de transmisión de la información que ha experimentado el ser humano hasta ahora.

Si así lo ha sido en todos los campos del conocimiento -e incluso de cualquier tipo de cuestión que no necesariamente llegue a ser merecedor de dicho sustantivo, como puede ser cualquier “chisme” social-, evidentemente no lo iba a ser menos en cuanto a la capacidad de difusión del conocimiento de aquello que denominamos como sustancias psicoactivas.

Una de las figuras a nivel mundial cuya contribución al conocimiento de lo que son estas denominadas “drogas”, y que más ha incidido en su neutralidad como herramientas capaces de generar tanto grandes beneficios como grandes problemas según el cómo se usen -y aquí ya conectamos con la cuestión central de la Reducción de Riesgos- es el filósofo Antonio Escohotado. Este autor frecuentemente alababa la capacidad de Internet por situar el acceso al conocimiento de todo tipo tan sólo a golpe de “clicks”[1].

Sin embargo, de la misma manera que Escohotado, auto-definido como psiconauta y drogófilo, en la citada ponencia realizaba la mención al “depender de la paciencia del usuario” en cuanto a que si no hace un buen trabajo de investigación puede llegar a ocurrir que la información y conocimiento que esta herramienta pueda otorgarle a la persona usuario no sea fidedigna, encontramos una gran ambivalencia en la capacidad del Internet de difundir información objetiva y veraz o, en cambio, una gran capacidad de proliferación de información hiperbolizada o directamente falsa. De bulos y de lo que ahora se llaman fake news.  Esto es especialmente relevante en el ámbito de las drogas, dado el carácter de tabú que esta cuestión sigue teniendo en nuestra sociedad. Parafraseando una vez más a Escohotado, en pleno contexto de epidemia de fallecimientos por transmisión del VIH debido a la masificación del uso intravenoso de Heroína, “No es la droga la que mata, sino la ignorancia”[2]. Hablamos de un contexto en el que de haberse difundido masivamente información de RdR en cuanto a uso más higiénico, el número de muertes habría podido ser significativamente inferior.

Estado de la cuestión previo a Internet

El desarrollo de la imprenta fue, antes del desarrollo del Internet, la mayor revolución en la transmisión de la información que hasta ese entonces había experimentado el ser humano. Pues bien, igualmente, esa previa revolución en el campo de la transmisión del conocimiento también propició la proliferación de publicaciones llenas de erratas o de relatos interesadamente sesgados de cuestiones sociales o históricas.

Citaré dos ejemplos de experiencias socio-históricas relacionadas a las sustancias donde los daños podrían haber sido considerablemente inferiores de haber existido Internet (en caso siempre de haberse usado con rigor, claro): La epidemia de Heroína prevaleciendo en la década de los 80 y la “Ruta del Bacalao” o “Ruta Destroy” de la década de los 90.

En cuanto al primer caso, ya he mencionado que con la capacidad de difusión masiva e instantánea de la información de Internet, no es aventurado afirmar que la epidemia de la Heroína de la década de los 80 del siglo pasado hubiese tenido un alcance significativamente menos dañino. Demasiado aventurado podría ser decir que la hubiese suprimido completamente. Además, ello es bastante ambiguo. En este caso pretendo referirme a los más grandes sufrimientos para la sociedad en conjunto, como eran los fallecimientos, y en segundo lugar a las desestructuraciones sociales absolutas evitables con un cierto conocimiento de cómo gestionar las dependencias Opiáceas con un mínimo de conocimiento médico.

Independientemente de que con más información con mucha probabilidad también podría haberse evitado más de una dependencia, por “decentemente” bien llevada que esta fuese. Pondré dos ejemplos que han llegado al que suscribe de primera mano por gente de la época: el caso es que, si desde la primera oleada de “enganches” se hubiese difundido masivamente información básica, los fallecimientos habrían sido muchos menos. Por ejemplo, saber que un poco de lejía siempre a mano podría haber salvado la vida incluso a la persona dependiente más sumida en espiral nihilista como para no importar compartir jeringuilla pero que aún le diera un mínimo valor. Como segundo ejemplo al que remito por experiencias de primera mano, que el conocimiento del concepto “decalaje” con Opiáceos menores hubiese estado extendido en todo tipo de Instituciones públicas y privadas tal como permite la difusión la inmediatez de Internet, hubiese ayudado mucho a los que el hábito no les daba más que penurias y riesgos de todo tipo y temerosos de dejar de golpe por el gran Síndrome de Abstinencia, sin embargo hubiesen estado dispuestos a una reducción gradual.

Puede dar poder al argumento que incluso en la que es la gran Biblia para todo aquel individuo interesado por el consumo de esta sustancia con gran poder adictivo pero sin embargo mucho menor poder mortífero del que se le asocia a mínimo que se realice su consumo con un mínimo de pautas, como es la publicación “Heroína”[3] de Eduardo Hidalgo Downing (miembro de la organización por la reducción de riesgos Energy Control), una parte enormemente relevante de las referencias que maneja son de medios digitales.

Por otro lado, la “Ruta Bacalao o “Ruta Destroy” fue el fenómeno socio-cultural-musical con relación a las sustancias psicoactivas más relevante de la década de los 90 del siglo pasado. La MDMA, como sustancia estrella de dicha explosión cultural, pese a haber sido sintetizada ya unas cuantas décadas antes, se presentaba como una sustancia prácticamente nueva, sacada mundialmente del armario al que había quedado relegada por influencia del químico norteamericano Alexander Shulgin. Evidencia lo poco que se conocía esa “nueva” sustancia que el propio Shulgin viajó a España a testificar en la defensa de los acusados por el primer juicio por tráfico de pastillas de dicha sustancia en nuestro país, defendiendo situarla en un lugar de menor peligrosidad que bajase la condena de los acusados[4] .

A día de hoy, pese a que sigue habiendo mucha ignorancia a nivel social, desde las asociaciones de Reducción de Riesgos se difunde- en muy buena parte por Internet- sloganes como el “Menos es Más” o la regla de los +- 2 meses para asegurar dejar descansar al sistema serotoninérgico arriesgando así a sufrir menores consecuencias emocionales no deseadas e incluso poder seguir disfrutando de la “Magia” de la sustancia para quien así lo desee. Posiblemente algo de boca a boca habría, pero no era información al alcance del gran público. Y “de aquellos lodos, estas tempestades”, aunque los medios de comunicación hiperbolizasen con expresiones como la de los “zombies” de la Ruta, sí que es cierto que proliferaron ciertos problemas psiquiátricos de cierta importancia que podrían haber sido evitables con una buena gestión de placeres y riesgos partiendo de la información que a día de hoy las organizaciones por la RdR tratamos de difundir lo más masivamente posible para aquellos que decidan consumir.

Estado de la cuestión en pleno S.XXI con Internet como herramienta hegemónica, con algunos ejemplos

Antes de ponernos excesivamente optimistas con las capacidades de Internet porque la información rigurosa sea la que predomine sin necesidad de que nadie haga ningún tipo de esfuerzo, empezaré citando un par de ejemplos que reflejan el arma de doble filo que Internet es para la transmisión de la información objetiva relacionada con las sustancias psicoactivas. Gracias a la velocidad de transmisión de la información de Internet que en el previo apartado he defendido podría haber salvado tantas vidas y mejorado la salud de tantos individuos, ha proliferado el fenómeno de las “histerias colectivas” con una intensidad que sin esta herramienta no podría haber ocurrido. Dos casos son muy buenos ejemplos: La histeria colectiva por los supuestos “pinchazos” para la sumisión química con un relato imposible de llevar desde el punto de vista médico (Desde Ai Laket ya se hizo una muy pertinente aclaración al respecto), o la historia interminable de la inminente llegada del Fentanilo como adulteración de “todas” las sustancias psicoactivas clásicas a España, que nunca acaba por llegar pero sigue proporcionando millones de clicks a los grandes medios de comunicación.

Hubo otro caso que hace un lustro trascendió a los medios de comunicación mainstream debido a la popularidad del facilitador de la sustancia. El conocido actor de “cine para adultos” Nacho Vidal fue el facilitador del 5-meo-DMT en una ceremonia que desgraciadamente terminó con el fallecimiento del fotógrafo Abad[5].

Este caso podría haber sido una buena ocasión para hablar de la necesidad de contrastar información a todas aquellas personas que quieran someterse a un tipo de experiencia similar (especialmente necesario siendo el 5-meo-DMT la triptamina más especial en peligrosidad ya que es la única que puede derivar en síndrome serotonirgénico o que, a falta de mayor concreción en las fuentes, puede presentar una dosis letal no estratosférica, lo cual no ocurre con ninguna otra). Sin embargo, el “morbo” y el “alarmismo” venden más. Seguramente tan sólo con que Nacho hubiese acudido a buscar información a Erowid y hubiese consultado el apartado de “Deaths/fatalities” donde se cita la peligrosidad de mezcla con sustancias que interactúen con la Serotonina, dicha fatalidad podría haber sido evitada [6] (a falta de sentencia, había cocaína en el cuerpo del fallecido).

Pero contrarrestando toda esta proliferación de información falta de rigor, si no frecuentemente incluso falsa, también en Internet encontramos las organizaciones que nos dedicamos a la Reducción de Riesgos el mayor altavoz para difundir la información e intervenciones presenciales que tenemos oportunidad de realizar.  Además, han proliferado otros portales de aficionados que con el tiempo han constituido auténticas biblias de información rigurosa en la que escriben perfiles de personas con gran formación, tanto académica por el camino institucional como de campo.

Podríamos hablar pues de una batalla por el relato de lo que son las sustancias psicoactivas entre periodismo que en su única importancia por sumar clicks a base de morbo, no hace más que transferir información falta de rigor, y plataformas que pretenden difundir información objetiva para que todos aquellos individuos que hayan tomado la opción de entrar en contacto con cualquier sustancia psicoactiva, lo hagan desde el menor peligro posible. Si bien desde los 90 el Internet se ha ido haciendo hegemónico, ahora estamos experimentando un boom donde la televisión clásica está siendo relegada a un terreno minoritario. Es una oportunidad que si nos queremos tomar en serio la difusión de la información por la reducción de riesgos en el consumo de drogas, deberíamos de aprovechar a conciencia del estado de la cuestión. Podríamos decir que estamos en un momento en el que hay al fin y al cabo una batalla por los relatos.

Para hacer frente a esta desinformación, pasaré pues a enumerar una serie de sitios de probada fiabilidad en objetividad y por tanto de gran capacidad en contribución a la RdR. Tanto en inglés como en castellano (e euskera en el caso de la página en la que nos encontramos)

Portales fiables

Erowid www.erowid.org (en inglés) Información sobre todo tipo de sustancias psicoactivas bien estructurada en efectos, dosis, referencias académicas, bibliografía… Desde 1995 usuarios a lo largo de todo el planeta han ido escribiendo sus experiencias psicoactivas, jerarquizadas desde experiencias “cumbre” que cambiaron la vida del sujeto a desastres acabando en hospital e incluso fatalidades con objeto de no cometer ese tipo de errores, describiendo entre medias experiencias placenteras, ligeramente negativas, relatos de adicción y rehabilitación, etc.

Psychonautwiki- www.psychonautwiki.org (en inglés) Aparte de los cuadros de dosificación, efectos, etc, que ayudan a la reducción de riesgos, el nivel de detalle de las experiencias potenciales del uso de las distintas sustancias psicoactivas a nivel fenomenológico en relación a las dosis, es tan alto que bien merece “frikear” un rato por ella si uno se considera interesado en la Psiconáutica.

Tripsit.me – www.tripsit.me (en inglés) Como aspecto más destacable, ofrece la opción de conectar con otro usuario/a que se ofrezca como “trip-sitter” por si alguien en una crisis psicoactiva debido a estar en un mal viaje tiene a mano un ordenador y puede encontrar consuelo en charlar con alguien que conoce por lo que está pasando. Además, posee la tabla de combinaciones de sustancias en relación a peligrosidad de los combos seguramente más detallada de todo Internet.

Shroomery. www.shroomery.org (en inglés) Centrado principalmente en información sobre los hongos con Psilocibina (identificación para la recolecta con seguridad, técnicas de cultivo, calculadora de dosis aproximada respecto al tipo de experiencia buscada, entre otras variables…), la información se fue haciendo extensiva a resto de Psicodélicos y en menor medida resto de sustancias psicoactivas. Con foro de libre acceso, pero bien diferenciados los hilos con información contrastada.

Ai Laket. Nada que comentar si se está leyendo este artículo 😉

Energy Control. www.energycontrol.org Organización vecina, también de difusión de información por la reducción de riesgos y servicio de análisis con sedes en Andalucía, Madrid, Islas Baleares y Cataluña.

Échele Cabeza- www.echelecabeza.com.  Organización por la reducción de riesgos afincada en Colombia. Igualmente, difusión de información objetiva y servicio de análisis.

Conclusiones: Una apuesta por la pedagogía

Tal y como hemos mencionado -pese a, por supuesto, no ser el único en darse cuenta de ello-, Escohotado nos recordaba que las sustancias psicoactivas no son ni “buenas” ni “malas” sino que son objetos -en el sentido pragmático en relación con los sujetos que con ellas interactúan- neutros que, en función del uso que se les den, pueden tener efectos tanto beneficiosos como perniciosos en los individuos y en la sociedad en su conjunto. Pues bien, lo mismo ocurre con Internet con relación a la Reducción de Riesgos. Internet es una herramienta que, por su gran capacidad para transmitir información, puede generar impactos ambivalentes en función del uso que se le dé. Ocurre que incluso en las redes sociales de aquellas instituciones que deben velar por nuestra seguridad podemos ver cómo ellas mismas difunden bulos que no contribuyen a la seguridad de las personas consumidoras.

Nada parece indicar que los grandes medios mainstream dejen de buscar el “click” fácil tirando para ello de la proliferación de “bulos” si hace falta, sin que les importe no cumplir con la propia ética periodística. Aquellas personas que tenemos algún tipo de relación con la Reducción de Riesgos tenemos herramientas para hacer frente a ese uso pernicioso de Internet, contrarrestando la información falaz que pudiese traducirse en desenlaces no deseados. Pero el objetivo debería ser que la información sobre los efectos de las drogas sea objetiva, tanto en relación con los placeres y beneficios potenciales que pueden dar y que son la razón por las que se consumen, como en la mención de los efectos perniciosos y riesgos que pueden generar.

Por último, recordemos que en el consumo de sustancias Psicoactivas -como en prácticamente cualquier actividad de la vida, y en especial las que generan placer– siempre asumimos un riesgo. Así pues, podría ser una buena recomendación, para hilar más fino en la RdR, el contraste de la información incluso en aquellos portales que he mencionado. Son portales de probada fiabilidad tanto en términos de objetividad científica como en términos de búsqueda de rigor fenomenológico a la hora de describir los efectos, lo que también puede tener relevancia para evitar más de un susto, especialmente en relación con algún tipo de sustancia. Pero, por poner un ejemplo, la referencia a lo que es una dosis alta de LSD en dos portales fiables puede ser diferente. Así, será diferente en el foro de “Shroomery”, donde se citan los Psiconautas más avezados que pretenden ver hasta dónde puede llegar la Conciencia en sus últimas consecuencias cuando la percepción y el propio sentido del Ser se retuercen hasta niveles difícilmente imaginables en un estado de conciencia ordinario, al de un portal más destinado al contexto Rave, donde empezar a ver distorsiones de los colores de cierta profundidad ya puede ser referenciado como una dosis alta.

Así pues, pretende este artículo hacer una humilde aportación a la RdR mediante dos vías. En primer lugar, mediante la difusión de los portales de fiabilidad citados como lugares de consulta rigurosa ante cualquier duda que pueda surgir para que el/la potencial usuario/a que decida consumir lo haga de la manera más segura posible. Portales que pueden hacer la “batalla” a la continua falta de rigor de los medios generalistas que nada más buscan el “click” fácil y de camino no hacen más que transmitir información errónea que pueda perjudicar a una toma de decisiones bien informada que pueda traducirse en menores riesgos.

Y, en segundo lugar, mediante la acentuación de la idea de que esa “batalla” contra la desinformación exige una estrategia, y que además, cuanto más coordinada sea, mayor probabilidad tendrá de revertir la desinformación citada de los medios “mainstream”.

REFERENCIAS

[1] www.youtube.com/shorts/knmOYsU4DSg .Ponencia de Antonio Escohotado: Internet es el regalo mas grande que la humanidad ha recibido    

[2] www.youtube.com/shorts/EkEQgvq8EZk. Antonio Escohotado: Lo que mata es la ignorancia

[3] HIDALGO DOWNING (2009). “Heroína”. Ediciones Amargord.

[4] RUIZ FRANCO, J.C. (2015). “El creador del éxtasis en la Ruta del Bakalao”.

[5] DE LA TORRE, N. & GONZÁLEZ, G. (2020). “Nacho Vidal, de gurú de la “droga de sapo” a acusado por homicidio”. El Mundo. Valencia.

[6] Erowid. https://www.erowid.org/chemicals/5meo_dmt/5meo_dmt _death.shtml

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