23 abril 2025

De fentanilos, nitazenos y las políticas que los trajeron

#artículo

AUTOR// Adrián Bermejo Huelva, miembro de Ai Laket!!

En los últimos tiempos ha habido un gran incremento en la producción y consumo de opioides sintéticos en el mundo. El caso más paradigmático es el del fentanilo en Estados Unidos, donde varios factores íntimamente relacionados con la guerra contra las drogas desencadenaron una crisis de salud pública sin precedentes. Sin embargo, este problema no se limita a una sola región o sustancia, es un fenómeno global que sigue evolucionando.

 Un actor clave en este mercado era China, hasta que en 2019 el gobierno asiático prohibió la producción y venta de fentanilos, lo que empujó a fabricantes a la búsqueda de nuevas sustancias capaces de satisfacer la demanda existente. Y aquí aparecen los nitazenos, familia de opioides de alta potencia, ya conocidos desde mediados del siglo pasado, aunque nunca comercializados. De hecho, no han sido aprobados para su uso médico y generalmente han aparecido como adulterantes de otras sustancias, principalmente heroína, y en pastillas falsificadas de medicamentos, como opioides o benzodiazepinas. También pueden conseguirse en la deep web como tales, pero las personas que buscan directamente nitazenos suponen una ínfima minoría. Hoy en día son más escurridizos que la familia del fentanilo, pues sus precursores no están fiscalizados, a diferencia de los de este último, que son específicos para su producción, conocidos y están controlados. En 2017, la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas (CND) sometió a fiscalización los dos principales precursores del fentanilo, lo que provocó el desplazamiento del método de síntesis del sistema Siegfried al Janssen, más complejo, pero que en ese momento no precisaba de ningún precursor sometido a control. En 2022, la CND completó la fiscalización de precursores del fentanilo, por lo que al menos un precursor necesario en cada uno de los tres métodos clásicos para sintetizarlo está sometido a fiscalización. Tampoco hay que olvidar que la transgresión de las leyes coercitivas a este respecto en China implica pena de muerte, lo que evidentemente resulta bastante disuasorio.

 Como consecuencia de estos movimientos, se percibe un cierto cambio de ciclo en cuanto a opioides sintéticos, con un claro descenso de los fentanilos y un auge de los nitazenos, pues la producción de estos últimos, todavía sin un adecuado control internacional, sintetiza nuevos compuestos constantemente (a finales de 2023, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) publicó una lista de sustancias a las que no se reconocía ningún uso legítimo y en ella aparecían 23 nitazenos). De hecho, parece que recientemente han aparecido algunas muestras de heroína adulterada con nitazenos en Francia y Alemania, dos países que hasta ahora se habían mantenido libres de esta casuística. Esto interpela tanto a gobiernos como a ciudadan@s, a la responsabilidad colectiva como a la individual para evitar o reducir al máximo los riesgos asociados a la presencia de estas sustancias en nuestros mercados. Los estamentos públicos deben seguir implementando políticas de reducción de daños como, entre otras, salas de consumo, dispensación de naloxona para revertir posibles sobredosis, reparto de tiras reactivas para la detección tanto de fentanilos como de nitazenos y una red efectiva de alerta que permita tomar medidas lo antes posible ante la aparición de algún caso que haga sospechar de la presencia de estos compuestos.

 ¿Y a qué se deben estos virajes del mercado? ¿Cómo hemos llegado a esta compleja situación? Aunque no lo parezca, todo obedece a las reglas de oferta y demanda, como veremos a continuación. En los años noventa, la empresa farmacéutica estadounidense Purdue Pharma lanzó una agresiva campaña publicitaria consistente en primar a las profesionales de la salud para que recetaran masivamente su producto OxyContin mediante jugosos pagos y viajes de lujo. También publicó un estudio con una muestra de 38 pacientes oncológicos (sí, 38) que, según la empresa, probaba la ausencia de habituación al fármaco gracias a su liberación prolongada. Estas prácticas mafiosas proporcionaron a la farmacéutica gigantescos beneficios, ya que provocó que pacientes con dolencias crónicas o leves, tratables con analgésicos suaves en muchos casos, obtuvieran recetas de hidrocloruro de oxicodona durante años sin control alguno. Como guinda a este surrealista pastel, cuando el gobierno estadounidense decidió acotar el acceso descontrolado a opioides para intentar revertir la crisis de salud pública que había dejado crecer ante sus ojos, no tuvo mejor idea que retirar abruptamente las recetas de millones de pacientes. No se ofrecieron pautas de deshabituación paulatina y el acceso a estos tratamientos quedó únicamente para quien se lo pudiera costear. Además, se continuó con un enfoque punitivo en lugar de preventivo, cuya mágica solución es más cárceles y policía. Esto, lógicamente produjo un instantáneo trasvase de pacientes del mercado legal al ilícito, el cual a su vez se mostró incapaz de satisfacer la creciente demanda de heroína, que fue suplida con el fentanilo que ya llegaba desde China. Una vez más, ley de oferta y demanda.

 Partiendo de la premisa de que la falta de heroína supuso la entrada de fentanilos en el mercado y que el descenso de éstos provocó el desarrollo de una industria de síntesis de nitazenos, podríamos establecer que tal vez una solución sensata a estas nuevas moléculas estaría en una regulación de opio y heroína como la que existía antes de las políticas prohibicionistas que tanto daño han causado. Tal vez sea el momento de una reflexión sosegada y adulta al respecto.

 Por otro lado, la alta potencia de fentanilos y nitazenos dificulta una dosificación correcta y aumenta la probabilidad de tener efectos no deseados por una ingesta excesiva. No debemos olvidar que las cantidades activas de algunas de las sustancias de estas familias se miden en microgramos, lo que, en un contexto no controlado, hace muy difícil un pesaje correcto.

 Para intentar poner la situación en contexto y huir del habitual alarmismo de los medios, explicaremos por qué en España actualmente parece que no es probable una ocupación del mercado negro por parte de estos “nuevos analgésicos”. Para esto, hay que fijarse en Afganistán, pues desde los años 80 del pasado siglo, prácticamente el 100% de la heroína consumida en Europa proviene de allí, al igual que un 80% de la producción mundial del opio destinado al tráfico ilícito. Si bien la llegada de los talibanes al gobierno supuso la prohibición del cultivo de adormidera, las personas expertas en este mercado pusieron en duda la capacidad de los talibanes para mantener ese veto a lo largo del tiempo por varios factores:

 El opio es el pilar económico y primer producto de exportación de Afganistán. Históricamente, la explotación de esta planta ha alcanzado entre el 9 y el 15% de su PIB, lo que acredita tanto la capacidad del cultivo para generar empleo como la dependencia económica del mismo de un importante porcentaje de la población.

 La llegada del gobierno talibán supuso un cataclismo para la ya anteriormente precaria libertad individual de la población, principalmente de las mujeres y niñas, además de un desplome de la economía, pues según datos del Banco Mundial, de 2020 a 2021, los ingresos medios anuales per cápita pasaron de 9.542 a 7391 dólares. Además, las tasas de desnutrición alcanzaban en 2021 al 30% de la población, llegando al 38,2% en menores de 5 años.

 El precio del opio en el país escaló del mínimo histórico en 2020 de 42 dólares por kg. seco, a 1000 dólares en junio de 2024. Este dato en un país sumido en la pobreza y la hambruna hace esperar la transgresión de la norma.

 Afganistán es un país multiétnico, multilingüe y multicultural donde se hablan 40 lenguas, lo que implica diversas (y dispares) cosmovisiones tanto de la realidad social como de la prohibición del opio.

 La corrupción lo sitúa según Transparencia Internacional en el puesto 166 de 180. Esto ha sido decisivo, entre otras cosas, para el aumento de la cosecha en 2024, pues muchos líderes tribales han permitido el cultivo a pequeños productores previo cobro de sobornos.

 Por otro lado, yendo directamente a las particularidades del mercado internacional, según datos del Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías (EMCDDA), España es el país europeo donde el precio de la heroína al por mayor es más alto, con unos márgenes de beneficio de más del 1000% respecto del precio en origen. Esto hace esperar que, si nos encontráramos ante un hipotético desabastecimiento del alcaloide, no previsible a día de hoy, las mafias que controlan el mercado dirijan sus existencias a los mercados que mejor paguen. Es decir, antes que vender esa heroína en África o Asia, se traería al mercado europeo, y más concretamente al español.

 La prohibición del cultivo de adormidera establecido por el gobierno talibán en 2022 supuso un descenso del 95% en la producción de 2023 respecto al año anterior, pero en 2024 volvió a subir un 19%, y esto sumado a las grandes reservas de campañas anteriores, garantiza el aprovisionamiento de heroína para Europa durante entre uno y tres años, aun cuando no concurrieran los mencionados factores sociales, culturales y económicos que dificultan el mantenimiento por parte de los talibanes de una prohibición efectiva. Además, Pakistán parece que ha vuelto a incrementar su producción, al igual que el triángulo dorado formado por Tailandia, Laos y Birmania.  

 Esto no significa que eventualmente no puedan aparecer estas nuevas sustancias como adulterantes, como ya ha sucedido en Estados Unidos, Canadá o en diversos países europeos, lo cual insta por un lado a que los organismos nacionales e internacionales sigan monitorizando estos movimientos mercantiles, y por otro a las personas usuarias a que se acostumbren a testear los embriagantes que compren como medida preventiva esencial de un consumo responsable.

 Referencias

 Martínez Oró, David Pere: “Fentanilo en España. Evidencias, percepciones y realidades”. 2024, en https://www.epistemesocial.org/proyecto/fentanilo/

 Vidal, Claudio: “Nitazenos”. 12 de diciembre de 2024, en https://energycontrol.org/nitazenos/

  Hari, Johann: Tras el grito. Un relato revolucionario y sorprendente sobre la verdadera historia de la guerra contra las drogas, Barcelona: Paidós: 2015.

  Martínez Oró, David Pere: “El cultivo de opio en Afganistán crece durante la campaña de 2024. Se aleja aún más la amenaza del fentanilo”, 10 de febrero de 2025, en https://www.lasdrogas.info/opiniones/el-cultivo-de-opio-en-afganistan-crece-durante-la-campaña-de-2024-se-aleja-aun-mas-la-amenaza-del-fentanilo/

  “Qué son los nitazenos. ¿Es realista la posibilidad de que estos potentes opioides creen un caos en España?”. 29 de octubre de 2024, en https://www.adictalia.es/noticias/que-son-los-nitazenos/

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