Alcohol tóxico y venenoso.
Al producirse la ingesta, el organismo debe eliminarlo para evitar su acumulación en la sangre y el envenenamiento del cerebro. Esta eliminación se produce a través de la enzima alcohol deshidrogenada (ADH).
Desafortunadamente, este proceso de oxidación a través del ADH produce formaldehído y acido fórmico, sustancias todavía más tóxicas que el propio metanol.
Es venenoso en altos niveles de exposición, a partir de los 33 gramos, con la consecuencia de ceguera e incluso muerte. También es un irritante para los ojos y para la piel. La intoxicación más común se produce a través de productos alcohólicos ilegales.