26 Iraila 2024

Óxido nitroso: Historia, efectos y peligros

AUTOREA// Ibai Otxoa Gil, Ai Laketeko kide

El óxido nitroso (N2O) es un gas con unos cuantos usos distintos, que van desde la formación de nata montada, ayudando a propulsarla y darle una consistencia espumosa, hasta acelerar el proceso de combustión en un coche, aumentando los caballos. También tiene cierta importancia para el efecto invernadero; pero lo que nos interesa aquí son sus efectos psicoactivos.

Es una sustancia disociativa, que suele producir también cierta sensación de euforia o ataques de risa; no en vano, es apodado como “gas de la risa”. Suele dar una sensación de ligereza, como de estar flotando. Puede producir también algunas alucinaciones y efectos visuales. Sus efectos, como es habitual en las sustancias inhalantes, se pasan en cuestión de minutos.

Fue sintetizado por primera vez en 1772 por el químico Joseph Priestley, lo que podría convertirlo en la primera droga de laboratorio tal y como las entendemos hoy en día (aunque no exactamente la primera droga de síntesis, puesto que, al estar presente en la atmósfera, no es una sustancia que sólo existiera tras ser creada en laboratorio). En 1775, compartió este descubrimiento en uno de sus libros.

En los próximos años, el químico que más cautivado quedó con esta sustancia fue Humphry Davy, que pronto le vio un gran potencial recreativo. Él mismo se volvió un gran aficionado al consumo de óxido nitroso, y fue quien, en 1799, le dio el apodo de “gas de la risa” que aún conserva hoy en día. No tardó en empezar a montar fiestas en las que sus amigos también lo consumían. Entre estos amigos estaban los poetas Samuel Taylor Coleridge y Robert Southey. Fue el segundo el que dijo: “la atmósfera del más alto de todos los posibles Cielos debe de estar compuesta de este gas.”

Así, las fiestas con óxido nitroso se empezaron a popularizar, y no se quedaron en pequeñas fiestas privadas, sino que llegaron al mundo del circo. En este ámbito se aprovechaba su uso recreativo, a veces mediante exhibiciones en las que no sólo se divertían los voluntarios del público que decidían tomarlo, sino también quienes podían ver la reacción de estos voluntarios a sus efectos.

Su uso medicinal no empezaría hasta varias décadas después, a manos del dentista Horace Wells. La idea se le ocurrió, precisamente, cuando asistía a una de estas exhibiciones circenses del gas de la risa. En esta exhibición, un hombre (un tal “Sam” Cooley, concretamente), tras consumir óxido nitroso, saltó por encima de un asiento, raspándose la espinilla. Un rato después estaba contemplando su pierna ensangrentada, confundido por no haber notado ningún dolor.

Wells vio entonces potencial para el uso de esta sustancia en la práctica clínica, y en diciembre de 1844 él mismo fue el sujeto de prueba para la extracción de una muela, con la asistencia de Gardner Quincy Colton –que también tendría cierto protagonismo en la historia de esta sustancia- y John Mankey Riggs. No notó dolor durante la extracción: el procedimiento había sido un éxito.

A lo largo de las próximas semanas, Wells empezó a aplicar óxido nitroso a sus pacientes, y volvió a tener éxito en sucesivas ocasiones, fallando también en algunas. En enero de 1845 hizo una demostración pública en la Facultad de Medicina de Boston, pero ésta fue una de las que no salió muy bien: el paciente expresó claramente que sí había sentido dolor.

Quizá como consecuencia de este fracaso, en los próximos años el óxido nitroso no fue muy usado por los dentistas, y fueron mucho más populares el éter dietílico o el cloroformo, otros gases con los que se acababa de empezar a experimentar.

Sin embargo, en 1863, el mencionado Gardner Quincy Colton empezó a usar óxido nitroso en sus clínicas (Colton Dental Association), haciendo que la sustancia se volviera popular en la práctica odontológica durante unas cuantas décadas.

No sólo hubo usos recreativos y medicinales, por cierto: también hubo usos psicodélicos. En noviembre de 1874, el filósofo y psicólogo William James publicaba un artículo titulado “La revelación anestésica y la esencia de la filosofía”, en el que afirmaba que un sustituto místico a la respuesta que busca la filosofía se podía encontrar en los efectos del óxido nitroso.

Así pues, ya desde hace tiempo, esta sustancia ha tenido distintos usos, que no eran en absoluto desconocidos para el público en general: por eso podemos encontrar múltiples ejemplos del uso de óxido nitroso y su doble uso medicinal y recreativo en la cultura popular.

Por citar algunos ejemplos notables, ya en los primeros años del cine, allá por 1907, Edwin S. Porter dirigía un corto titulado Laughing Gas, en el que un dentista aplica óxido nitroso a una paciente. Tras la intervención, ella no sólo no puede parar de reír, sino que contagia su risa a toda persona con la que se cruza por la calle.

En 1934, un corto de Betty Boop titulado Ha! Ha! Ha! muestra el uso de óxido nitroso para la extracción de una muela, que termina descontrolándose y afectando no sólo a los dos personajes involucrados, sino a toda la ciudad, objetos inanimados incluidos.

Pero probablemente la historia más arraigada en la cultura popular que involucra óxido nitroso sea Mary Poppins. Este caso, eso sí, es mucho más sutil que los dos anteriores, y aún más en la película que en la novela.

En la novela, en el capítulo titulado, precisamente, Laughing Gas, los protagonistas visitan al tío de Mary Poppins, Albert Wigg. Resulta que es su cumpleaños, y se lo encuentran flotando en el techo, sin poder parar de reírse. Lo que se deja caer es que, posiblemente como forma de celebrar su cumpleaños, ha tomado tanto gas de la risa que, además de no poder parar de reír, está flotando en el techo, de manera literal, como si fuera un globo.

En la película se reformulan algunas frases, no se llega a usar la expresión “gas de la risa” y, por tanto, lo que se entiende al ver la escena correspondiente es que el tío Albert tiene la particularidad de flotar en el aire siempre que se ríe, cosa que también hacen los protagonistas al visitarle. De esta forma, difícilmente viene a la mente el óxido nitroso al ver la escena.

Entendidos sus efectos, su historia y sus apariciones en la cultura popular, pasemos ahora a ver con más detalle sus peligros. Creo que se puede decir que, en comparación a otras drogas, es una sustancia relativamente poco peligrosa. De hecho, bien usado –y voy a remarcar esto, porque mal usado sí puede haber graves peligros en torno a su consumo-, el óxido nitroso es una sustancia prácticamente inocua. En muchos países, una mezcla del 50% de óxido nitroso y el 50% de oxígeno, que se suele comercializar con la marca Entonox, es usada como anestesia en los partos, precisamente porque es tan inofensiva que no puede causar daños a un bebé que está naciendo.

Pero, claro, sus peligros no suelen aflorar en su uso médico, sino en su uso recreativo. Antes he mencionado que esta sustancia también se puede usar para la elaboración de nata montada, y su comercialización con este fin lleva a que mucha gente en diversos rincones del mundo haya comprado cartuchos de esta sustancia para usarlos como droga recreativa.

Empecemos por el peor peligro de todos: la muerte. Las muertes derivadas del consumo de óxido nitroso se producen ocasionalmente desde hace tiempo. Ya en 1992 podemos encontrar un artículo científico titulado Asphyxial deaths from the recreational use of nitrous oxide (a cargo de Wagner, Clark, Wesche, Doedens y Lloyd), y otro artículo publicado por el profesor Edward Alan Glasper en 2023 nos advierte de que en las últimas décadas se han multiplicado estas muertes.

Estas muertes se han producido por consumir óxido nitroso, pero no por sus efectos propiamente dichos: son muertes producidas por asfixia. Lo que produce la muerte no es el efecto de la droga, sino la falta de oxígeno. En la inmensa mayoría de los casos, el consumo se había producido en un entorno muy cerrado, como el interior de un coche, o incluso debido a que la gente que lo consumió había efectuado prácticas como ponerse una bolsa de plástico en la cabeza para aprovechar mejor este gas.

El óxido nitroso bien usado es prácticamente inocuo, sí, pero mal usado puede llevar a esta clase de muertes. En España parece que aún no ha habido ninguna muerte por este motivo, pero sí casos de acercarse peligrosamente, llegando a ingresar en urgencias con paradas cardiorrespiratorias. Creo que no hace falta que lo remarque, pero, evidentemente, esto subraya que, si alguien quisiera consumir esta sustancia, sería mejor que lo hiciera en un espacio abierto, nunca en un espacio con tan poco oxígeno como un coche y mucho menos poniéndose una bolsa de plástico en la cabeza.

Otros peligros incluyen la posibilidad de sufrir caídas o accidentes por sus efectos sobre el equilibrio y la coordinación. Por otro lado, cuando el gas sale de los cartuchos, está a una temperatura muy baja, lo que podría producir lesiones y quemaduras por congelación; para evitar esto, quien lo consume suele vaciar primero el cartucho en un globo, de manera que su temperatura se vaya acercando a la temperatura ambiente. El óxido nitroso también puede producir, curiosamente, un déficit de vitamina B12, de forma que quienes ya tuvieran niveles bajos de esta vitamina (por ejemplo, gente desnutrida o gente que sigue dietas vegetarianas o veganas) deberían tener especial cuidado.

También hay que añadir algunos peligros que no se deben tanto a sus efectos psicoactivos y que no ponen peligro sólo a quien lo consume, sino a más personas; éstos se deben al formato de comercialización.  Cuando los cartuchos de óxido nitroso no están completamente vacíos, pueden explotar si alcanzan suficiente temperatura. En algunos países, como Bélgica, Dinamarca o Países Bajos, se han encontrado con estos problemas en los incineradores de basura, con el consiguiente riesgo de lesiones para los trabajadores de estas plantas.

Pero, volviendo a sus efectos a largo plazo sobre la salud, creo que es interesante que examinemos un caso que nos sirve para analizar esto, pero también su peligrosidad relativa en comparación a otras drogas, además de los discursos y el tratamiento mediático en torno al óxido nitroso: se trata del caso de la joven británica Kerry-Anne Donaldson.

Es el caso más célebre con diferencia, habiendo salido en un buen número de medios (también internacionales, no sólo británicos). Esta joven quedó en silla de ruedas como consecuencia del abuso de óxido nitroso. Esto se debe al mencionado déficit de vitamina B12: la ausencia de esta vitamina puede llevar a daños en la médula espinal y en el sistema nervioso, que podrían llegar a ser permanentes.

Este caso, sin embargo, se ha instrumentalizado para formar una campaña señalando lo peligroso que es el óxido nitroso, y no creo que deba ser usado así. No se trata de restarle importancia, porque, evidentemente, una lesión tan grave es una tragedia con la que deberíamos empatizar; pero tampoco creo que se pueda instrumentalizar este caso para exagerar los peligros del óxido nitroso cuando, en cierto sentido, lo que nos muestra es precisamente lo contrario: que es una droga bastante menos peligrosa que la media de drogas disponibles en el mercado, sean legales o ilegales.

El motivo lo encontramos al revisar las cifras de óxido nitroso que consumía Kerry-Anne Donaldson: durante el punto álgido de su adicción a este gas, consumía unos 700 cartuchos a la semana. 100 cartuchos al día. Éste es un dato que han omitido muchos medios y divulgadores, que presentan el caso de forma parcial y sesgada para dar a entender que consumir óxido nitroso es una especie de ruleta rusa en la que consumir una dosis podría hacer que alguien acabara en una silla de ruedas.

Esto no es cierto. Que sea necesario un abuso tan grande de óxido nitroso para producir lesiones permanentes es buena noticia. Medio cartucho de este gas ya basta para notar sus efectos; un cartucho entero ya es una dosis moderada. Quizá se entienda mejor lo relativamente poco peligroso que es el óxido nitroso si se compara con una droga mucho más normalizada, el alcohol. En lo que al alcohol se refiere, una dosis lo bastante alta como para notar con claridad sus efectos, para una persona que no esté acostumbrada, podrían ser, quizá, dos cervezas. El equivalente a consumir 100 cartuchos de óxido nitroso al día durante varios años sería consumir 200 cervezas al día durante varios años. No hace falta decir que las consecuencias de tomar 100 dosis moderadas de alcohol al día serían mucho más dañinas para la salud que las de tomar 100 dosis moderadas de óxido nitroso porque, de hecho, nadie sobreviviría al primer día. Dicho de otra forma: que sean necesarias 100 dosis de óxido nitroso al día durante años para ocasionar una lesión grave precisamente nos dice que es una sustancia muy poco peligrosa.

Este caso fue el más mediático con diferencia, aunque hay otros similares: otra joven británica más anónima, a la que sólo conocemos como Mollie, narraba un caso similar. Ella también sufrió una parálisis; más transitoria, puesto que pudo volver a andar después de unas semanas de rehabilitación. En su caso, declaró que consumía 34 cartuchos diarios.

El hecho de que hagan falta dosis tan extremadamente altas para producir daños a la salud no parece que diera mucho que pensar a los legisladores británicos, porque, a finales de 2023, Reino Unido prohibió el uso recreativo del óxido nitroso, uniéndose así a la reducida lista de países que han tomado esta medida: Países Bajos lo hizo unos meses antes.

Por cierto, no es raro que ilegalizar una droga sea contraproducente para la salud pública por aumentar sus riesgos. Esto ha pasado muchas veces: la ilegalización no evita que la gente consuma, pero sí hace que tengan que recurrir al mercado negro, que consuman adulterantes peligrosos debido a que la droga ya no pasa controles sanitarios, que tengan más dificultades para pedir ayuda si surgen problemas derivados de su consumo, etc. En el caso de Países Bajos, una vez más, nos podemos encontrar que los riesgos del óxido nitroso han aumentado al ilegalizarse, aunque esta vez no es por ninguno de estos mecanismos, sino por uno más curioso. Y es que, mientras el óxido nitroso era legal, existía un sistema de reciclaje de cartuchos reusables. Ahora que ya no es legal, ese sistema no existe, los cartuchos se tiran a la basura y las explosiones en plantas de procesamiento de basura de las que hablaba antes se multiplican, aumentando los daños en estas plantas y el riesgo para los trabajadores. Un representante de estos trabajadores, en una entrevista a finales de 2023, hablaba de que se producían docenas de explosiones por semana, que las instalaciones tenían que ser cerradas regularmente debido a esto y que era un milagro que nadie hubiera resultado herido en el último año. También cifraba en 65 millones de euros los daños producidos a las instalaciones.

Como apunte final, también se puede reflexionar sobre cómo el estátus legal de una droga hace que cambie también la percepción social sobre ella. La ilegalización de este gas en Reino Unido seguramente ya ha hecho que a nivel social se perciba de una forma mucho más negativa que cuando aún no estaba prohibida. Quizá por eso el futbolista Yves Bissouma, jugador del Tottenham, tuvo que pedir disculpas después de subir a Snapchat un vídeo en el que aparecía inhalando óxido nitroso. “Fue una falta de criterio grave”, dijo. “Entiendo lo grave que es esto y los riesgos para la salud que implica, y también tomo muy en serio mi responsabilidad como futbolista y modelo a seguir.” Las disculpas no bastaron, y fue suspendido de la Premier League.

De todas formas, tanto en países en los que el óxido nitroso esté fiscalizado como droga ilegal como en los países en los que, de momento, no, el alarmismo y las exageraciones siempre vienen bien para redactar titulares. Con toda seguridad, seguiremos viendo noticias que nos describen el óxido nitroso como una nueva y peligrosísima droga.

Pero las dos cosas son falsas. No es una sustancia nueva: tiene siglos de historia, uso y apariciones en la cultura popular. Tampoco es una sustancia especialmente peligrosa, aunque sí tiene sus peligros si se usa incorrectamente; y precisamente la información bien dada, sin bulos ni exageraciones, es la que podría evitar estos peligros.

Algunas fuentes usadas para este artículo y enlaces de interés:

https://energycontrol.org/sustancias/oxido-nitroso/

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6637098

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/1506823

https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/24694193.2023.2230798

https://www.bbc.com/news/uk-england-london-67355097

https://www.bbc.com/news/uk-wales-65067196

https://www.bbc.com/sport/football/articles/ckgw1grdppzo

https://nltimes.nl/2023/12/22/exploding-nitrous-oxide-cylinders-caused-eu65-million-damage-waste-processors-claim

https://www.imdb.com/title/tt0234086

https://www.imdb.com/title/tt0025213

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