El levamisol o tetramisol es un medicamento que en Europa solo se utiliza en veterinaria. Se utiliza sobre todo como antihelmíntico, para erradicar lombrices parasitarias.
Si bien no es del todo seguro, el levamisol se utiliza como adulterante por diversos motivos: su aspecto cristalino y brillante se asemeja a la apariencia de la cocaína pura, y por otra parte, parece que puede potenciar los efectos de la cocaína, y además es una sustancia difícil de detectar con análisis básicos.
Si se toma durante periodos prolongados algunos de los efectos adversos son: reacciones de hipersensibilidad como fiebre, síndrome gripal, dolor muscular y erupciones cutáneas; y efectos sobre el sistema nervioso central como cefalea, insomnio, vértigo; trastornos gástricos (como mal sabor de boca) y agranulocitosis (bajada del número de glóbulos blancos en sangre).
Estos efectos se dan en consumos continuados, y si bien evaluar que dosis puede generarlos es difícil, se estima que son entre 50-200 mg diarios, dependiendo de las características personales.
Entre las interacciones destacamos las que se producen con el alcohol. El levamisol inhibe la acción de la enzima encargada de la metabolización del alcohol lo que puede acarrear efectos desagradables como: nauseas, vómitos, sudoración…